miércoles, 15 de abril de 2009

HORIZONTE INTOXICADO ..


La Ciudad, como cierto Trabajo Social

María Bar


Los publicistas recurren a los símbolos para expresar la necesidad de un determinado artículo y aunque uno note que se trate de una necesidad inventada, también observa que el consumo va in crescendo, al igual que ciertos indicadores que impone este maldito neo liberalismo. Y desde el Trabajo Social uno atiende situaciones propias de problemas que devienen de una familia al la que le queda un espacio de tiempo “residual” caracterizado por el agotamiento, las tensiones y la alienación. Lo que muchas veces conduce al “olvido” buscando el aislamiento, sin deseos ni energía para otra vida más saludable y plena.

Y así, mientras cierto funcionario se asusta de los niveles de adicción, otro se encuentra conforme con lo que embolsó en sus bolsillos, en vez de distribuir a los más pobres, justo acá en una de las provincias más desiguales de la Argentina. Seguimos mientras observamos que todo se encuentra naturalizado y nadie se escandaliza frente a la hipocresía de ciertas relaciones políticas, institucionales, personales. Muchos señores, se encuentran preocupados en esa absurda carrera de ser reconocidos, mientras sus hijos sienten una brutal sensación indescriptible de orfandad, al no encontrar respuestas protectoras y saludables.

Y tal vez por ello, estos hijos cantan Tranzan del grupo Intoxicados:

La yuta transa, los chorros transan
los pendejos transan, los viejos transan
Somos una banda, nos dedicamos a transar
a ninguno de nosotros nos gustaría trabajar
ganamos más plata, tenemos nuestras limusinas
pero nada va a pasarnos
porque transamos con policías
Pero cuidado hermano con quién estás transando
porque si vos me jodés: yo saco "pum" te mato
como también transo tengo mis camaradas
que por hacerme un favor tiran tu cuerpo a las ratas
Si te agarro yo te parto, nunca vengas
con tus transas a mi territorio marcado
mis compas no duermen y están cuidando
si algún transa a mis clientes me está robando



La Tranza va fortaleciendo los caminos metálicos, y mientras nos van tapando, nos intoxican, en la pretensión de una ceguera globalizadora en la que obviamente nunca podremos reconocer al horizonte.

Quizás también el arte, dejó de ser – salvo honrosas excepciones – el sintetizador de propuestas que propiciaban caminos auténticos, que nacen y se fortalecen en el respeto a la esencia y pureza de la identidad. Hoy apenas puede movilizarse en los márgenes de una cultura light, sin gusto, pasión o inquietante movilización interna.
Así vemos a la Ciudad amenazada con carteles que nos recortan la visión, en éste caso el río, al que lo quiero ver, aunque más no sea en cuadrícula, pero sentirlo al fin. Este espacio para publicidad nos anula no sólo el río, también lo que llevamos dentro.

El río (mi río)
procesador y mago de quebrantos múltiples
lo había convertido todo en serenidad
como reflejo
de lo que nos hace falta.-

Y el trabajo social?
Bien, gracias. Diría aquel directivo que defiende esa normativa que pretende que seamos “Carreras Instrumentales”, o sea un mero instrumento, una técnica para llegar al excluido, falopeado, roto, ninguneado, etc.
Más que nunca es imprescindible instalar un proceso formativo por parte de los distintos actores de la comunidad educativa, quienes son responsables de problematizar el proceso de formación en relación a los imperativos de la realidad social. En ésta dirección la concepción de un proyecto académico, político e institucional es diferente a un plan pensado como una articulación técnica de agregado o sumatoria de asignaturas con cierta lógica.
Todo se encuentra asociado a los procesos históricos, y ese análisis posibilitará la superación de un plan instrumental. El Trabajo Social debe responder a las preocupaciones del momento histórico que se vive, a nivel del contexto y su implicancia en el ámbito institucional y la sociedad civil. La idea de la única óptica analítica, instala una racionalidad tecnocrática, encubridora de los reales problemas del campo académico con los correspondientes alcances en los procesos prácticos.
Por todo ello una Currícula de Trabajo Social – Mínima –debe establecer:
• Establecimiento de dimensiones investigativa e interventiva como principios formativos y condición central de la formación profesional y de la relación teoría / práctica.
• Carácter interdisciplinario de la dimensiones de la formación profesional
• Indisociabilidad en la enseñanza, investigación y extensión
• Pluralismo como condición de la vida académica y profesional, sin restricciones a la discusión de distintas tendencias teóricas.
• Ética como principio formativo.
Tal vez desde estos criterios tendremos mayores herramientas para revisar profundamente las continuidades y rupturas de la disciplina de Trabajo Social. En este caso podremos posicionar la intervención profesional a la altura de la complejidad social. Por ello, es indispensable repensar los espacios de inserción profesional, tanto los tradicionales como los nuevos. Los aspectos que destaca el FUNDAMENTO DE LA REFORMA CURRICULAR como preponderantes son:
• El contexto como análisis de la realidad, procesos y proyecciones referenciado en las dimensiones políticas, económicas y culturales.
• La Profesión como intervención profesional, identidades, espacios de inserción, procesos de legitimación
• La formación básica – teórico epistemológica – que constituye uno de los mayores “nudos problemáticos” en la formación académica.
• Las condiciones académico – institucionales
• Los avances de la Ciencia y la tecnología, vinculados a distintos aspectos propios de la profesión/disciplina.
Lamentablemente el Trabajo Social desde sus inicios ha venido sustentando una concepción tecnológica – basada en posturas epistemológicas de tipo positivista, situándolo en una posición acotada a un hacer reflexivo. Así se circunscribe una visión tecnicista: a tal problema determinada respuesta, entonces la intervención queda reducida a lo metodológico, al como hacer, sin preguntarse el que, porque y para que de la misma.
Por ello, la construcción disciplinar debe fundar la necesidad de pensar, asumiendo una relación contradictoria de teoría/praxis en el marco de una comprensión social compleja expresada en un hacer particular.
Y así como en la ciudad, quiero un Trabajo Social, sin carteles, a partir del cual, pueda ver, intervenir, en serio, sin intoxicaciones, ni tranzas.

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